¿Son las tecnologías biométricas para la privacidad del consumidor una amenaza?

En los últimos años, las tecnologías biométricas han progresado rápidamente, en gran parte debido a las muchas ventajas sobre los métodos convencionales de identificación y verificación que utilizan números de identificación personal (PIN) o contraseñas.
A medida que estas tecnologías se vuelvan mejores, más baratas, más confiables, más accesibles y más convenientes, se introducirán cada vez más en el ecosistema humano en todos los niveles: para tarjetas de identidad nacionales, organismos encargados de hacer cumplir la ley, control de acceso físico, control de fronteras, control de acceso lógico, conveniencia, etc. Si bien las tecnologías biométricas ofrecen herramientas confiables para la identificación y autenticación, su uso genera preocupaciones sobre la posible amenaza a la privacidad de las personas. Los identificadores biométricos, ya sean rasgos faciales, timbre de voz, huellas dactilares o estructuras oculares, contienen información seria y confidencial, no solo porque estas características son personales, sino también porque son permanentes. Una de las principales ventajas de la tecnología es que estas características son únicas y no cambian con el tiempo. Al mismo tiempo, siempre existe la posibilidad de piratear redes informáticas, lo que conlleva la necesidad de proteger los datos biométricos recopilados del abuso y mal uso durante su recopilación, procesamiento, almacenamiento y acceso. También son motivo de preocupación para el público las oportunidades de fraude en rápida evolución a través de la falsificación de sensores del sistema y la explotación de sus inexactitudes. Los principales bancos y compañías de Internet pioneras en biometría afirman que no almacenan huellas digitales reales o escaneos de iris, solo los códigos de autenticación a los que se convierten, pero la creciente incidencia de violaciones de datos cuestiona si esto puede ser una garantía de confidencialidad. Si se roban identificadores biométricos, los usuarios pueden enfrentar serias amenazas a su seguridad. Se puede reemplazar una tarjeta de crédito o un número de cuenta bancaria robado, pero ¿cómo se reemplazan las huellas dactilares, los rasgos faciales o el iris? Además, la automatización de la autenticación de la identidad de una persona plantea preocupaciones sobre la posibilidad de utilizar sistemas biométricos para la vigilancia. Si bien el uso de la tecnología biométrica no tiene la intención de invadir la privacidad, en muchos casos la forma en que se crean, almacenan y comparan los datos digitales y la capacidad de asociar datos digitales con otra información sobre una persona, genera serias preocupaciones sobre la difuminación de las líneas entre la privacidad y medidas de seguridad. Las mismas tecnologías de reconocimiento facial, que han ganado una aceptación significativa en los últimos años, se denominan «un arma de doble filo». Es difícil argumentar que los sistemas de videovigilancia y reconocimiento facial juegan un papel importante en la lucha contra el crimen y ayudan a resolver otras tareas importantes, y esto es difícil de discutir, pero también plantean problemas y riesgos para la privacidad. Los anunciantes han estado rastreando todos nuestros movimientos en Internet durante mucho tiempo, y las tecnologías biométricas nos permiten rastrearnos en el mundo real. Cada movimiento al caminar por la ciudad se puede registrar y almacenar en perfiles detallados sobre preferencias personales, estado financiero, afiliación política y estado de salud de cada persona. Para evitar tales distorsiones, es necesario seguir mejorando la legislación que establece la responsabilidad por el uso ilegal de datos personales. Esto significa que la privacidad del consumidor solo puede garantizarse a través de un enfoque integrado, cuando la innovación tecnológica se utiliza dentro de un marco estricto establecido por la ley. Sin embargo, a pesar de todas las preocupaciones expresadas por expertos y organismos públicos de diferentes países sobre la amenaza de la privacidad, las ventajas de las tecnologías biométricas son mucho mayores que las desventajas y, por lo tanto, las perspectivas de su uso son bastante obvias.